Estamos acostumbrados a pensar que el “logo” es lo que identifica a nuestra marca, y, si bien es un punto importante, la realidad es que hay más elementos que son indispensables para que la identidad visual sea fuerte, coherente y represente de forma acorde a nuestra marca.
La #IdentidadVisual representa gráficamente a la marca y está compuesta por: formas, colores, tipografías y la manera en que estos elementos se relacionan entre sí.
Todo esto debe ser usado teniendo en cuenta que representa visualmente el espíritu de la marca: ¿quienés somos?, ¿qué hacemos?, ¿cuál es nuestro valor diferencial?, ¿cuáles son nuestros valores?, etc.
Es fundamental que tengas claro las respuestas a estas preguntas para que al momento de desarrollar tu identidad todo tenga un sentido. El proceso de búsqueda y diseño será más fácil si trabajamos sobre esa base sólida.
¿Por dónde empezar? Buscá ideas, inspirate y mirá con criterio para ir separando lo que te gusta y lo que sería acorde (¡no podemos quedarnos con todo!).
Contratá un profesional: En la medida de que tu presupuesto lo permita (pensá que estás invirtiendo, ni más ni menos, en la cara de tu marca), lo ideal es que a este trabajo lo haga un diseñador. Juntos trabajarán en lo que te gusta, lo que necesitás y lo que crees que necesitás y pondrá toda su experiencia, conocimiento y herramientas para lograr una imagen que te represente, sea acorde y por sobre todo ¡te encante!
Construir una identidad visual profesional te ayudará a:
1. Incrementar el valor de la marca
2. Mejora la productividad de todas las piezas gráficas que tengas que diseñar. ¡Vas a ahorrar un montón de tiempo (y finalmente dinero también!
3. Mejora y fortalece la relación con la audiencia de redes sociales y con tus clientes
4. Ayuda a tu marca a ser identificada y diferenciada de la competencia
5. Fortalece la percepción que la sociedad tiene de la empresa
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